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El pasado sábado día 6 de noviembre, comenzaron las onceavas jornadas en torno a la historia y la arqueología que se celebran cada año en Respaldiza.

De la mano de Juanjo Hidalgo y Felix Mugurutza (AUNIA) nos presentaron la primera ponencia a cargo del prehistoriador y arqueólogo Juan Carlos Quintana, miembro de la asociación de arqueología Agiri: Megalitismo en Gorbea, últimas investigaciones.

Juan Carlos nos mostró en una primera parte, un recorrido historiográfico sobre las investigaciones arqueológicas prehistóricas en el mazizo de Gorbea.

Desde las primeras prospecciones de Jose Miguel de Barandiaran en 1922, pasando por otros trabajos de excavación más sistemáticos de los años 80 en la cueva de Urretxa III, para detenerse en los trabajos de su propio equipo desde el año 2001 hasta la actualidad. Sus trabajos se centran principalmente en cuatro yacimientos; asentamiento al aire libre de Sustrigi a 735 metros de altitud, dolmen de Mendigana (se situa a 200 metros del asentamiento de Sustrigi), dolmen de Errekatxuetako Atxa (cerca del collado de Arimekorta de 900m.) y menhir de Kurtzegan (en la actualidad tumbado, de unos 6 metros de longitud y 7 toneladas de peso).

En la segunda parte nos ofreció una interpretación sobre el proceso de asentamiento humano en el Gorbea, cronología y recursos a explotar en este entorno montañoso. En las laderas del Gorbea, en partes más bajas se ha constatado la ocupación desde el hombre de Neandertal, en la parte alavesa. También hay ocupaciones en el Paleolítico Superior. Pero en las zonas altas los primeros hallazgos son del periodo Aziliénse, 10.200 a.C.. Coinciden en el tiempo con otros asentamientos en zonas altas como Aitzgorri o Picos de Europa, beneficiados por el final de las glaciaciones. Son grupos de cazadores recolectores, que acceden al Gorbea esporádicamente, probablemente en verano. Cazan principalmente cabras, y en menor medida ciervos, jabalíes… como se desprende del estudio del yacimiento de la cueva de Urratxa III. A sí mismo el yacimiento al aire libre está datado de 9.000-8.500 a.C. , asentamientos que se vuelven a mantener entre los años 6.900-9.500 a.C.

Posteriormente en el Neolítico, hay grupos agropecuarios que producen alimentos con una ocupación más regular, pero nunca estable. Son pastores trashumantes de los que únicamente hemos podido conocer sus lugares funerarios, dos dólmenes y un menhir.