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Salvador Velilla Córdoba

No tenía intención de escribir, incluso tras  conocer la decisión oficial de extender el nombre “sierra de Toloño”  a toda la cadena, desde las conchas de Haro hasta la peña de Lapoblación. Pero como, quien calla otorga, no voy a callar y trataré de seguir paso a paso la secuencia de hechos que han conducido a este desenlace, procurando, aunque sea difícil, ser breve. Conste que no hubiera dado un paso, si las conversaciones con gentes de Rioja Alavesa y de la Montaña, los acuerdos de ayuntamientos y asociaciones, así como de la Cuadrilla de Laguardia-Rioja alavesa, no hubieran apoyado desde el primer momento que la sierra que está al sur de Álava se ha conocido y se conoce con los nombres de Sierra de Toloño, Sierra de Cantabria y Sierra de Codés.

En los años 70/90 nadie cuestionaba la denominación de la cadena montañosa situada al sur de Álava: “Al sur de la provincia y separando dos comarcas alavesas la Montaña y la Rioja, se alza una alineación montañosa, nítida y continua…Aunque su continuidad topográfica y, sobre todo, estructural y litológica es manifiesta, se divide en tres sierras, que, de este a oeste, son las de Codés, Cantabria y Toloño” (Rosario Galdos-Eugenio Ruiz Urrestarazu, Álava en sus manos, 1983, Vol. I, pág. 96). Se puede consultar infinidad de libros, artículos eruditos, de prensa, manuales, etc.,  incluso en muchos de ellos se daba el nombre de sierra/cordillera de Cantabria a toda la cadena montañosa.

A mediados de los ochenta, José Antonio González Salazar, estando de sacerdote en Bernedo, comenzó a trabajar en la toponimia alavesa, siendo editado por la Diputación Foral de Álava el año 1986 un tercer cuaderno bajo el titulo Toponimia menor de La Rioja Alavesa. Ya en el prólogo se leía: “Aunque oficialmente la sierra, que separa esta comarca del resto de Álava, se le conoce con el nombre de Cantabria, los habitantes de la zona le llaman sierra de Toloño a toda ella”. Para Baños de Ebro escribía: “A la sierra que es comunera, la reconocen con el nombre de Toloño”. No era la primera vez que González Salazar se inclinaba por extender el nombre de Toloño a toda la cordillera, tratando de borrar el de sierra de Cantabria pues nada menos que veinte años antes, había escrito: “”Al sur la sierra de Cantabria, o de Toloño como la llaman los naturales de ambas vertientes…Entre el valle regado por el río Ega, que se estira entre los montes de Izquiz y sierra de Toloño”. (Anuario de Eusko-Folklore, 1975-76, pág.169)

Pues bien, en 1989 la Comisión de Onomástica de Euskaltzaindia encargó “un dictamen  acerca del nombre de la Sierra de Toloño cuya redacción original fue encomendada…” ¿a quién les parece que se encomendó el informe?  Pues sí, “a D. José Antonio González Salazar, miembro de dicha comisión y conocido especialista en toponimia de Álava”. El Dictamen, ya le dije en su día al autor, era muy pobre, estaba lleno de lagunas y se hacían afirmaciones sin contrastar. Euskaltzaindia encargó el dictamen, Euskaltzaindia le dio el visto bueno y Euskaltzaindia se cuidó de enviarlo a los dirigentes políticos de entonces, incluso antes de que, en primavera de 1990, se publicara en la revista Euskera, órgano oficial de Euskaltzaindia. El 22 de Enero Enrique Knör había escrito al Diputado General de Álava y al presidente de la Cuadrilla de Laguardia-Rioja Alavesa solicitando su “aquiescencia a la recuperación y promoción del nombre histórico de Sierra de Toloño, en lugar de Sierra de Cantabria”. Nuestros dirigentes políticos ni se enteraron, dando pase al escrito. El Departamento de Política Lingüística del Gobierno Vasco probablemente tampoco. Es decir, la Comisión de Onomástica fue la que llevó la iniciativa y todo el proceso, desde principio al fin, pasando por alto que es un órgano consultivo y que  quien decide en estos temas es el Gobierno Vasco.

Cuando en 1996 compré un mapa de la parte central y oriental de la zona me llevé una sorpresa mayúscula: “Arabako Errioxa, Toloño Mendikatea/Sierra de Toloño, Rioja alavesa” se leía en la portada;  digo sorpresa, pues hacía pocos años que había escrito un libro, editado por la Diputación Foral, en el que hacía un canto a la sierra de Cantabria, tras un ascenso a sus cumbres, embelesado por las vistas  que ofrece y también por la capa el cierzo o efecto Foëhn. Cogí la grabadora y en varios fines de semana entrevisté a gentes de edad del norte y sur de la sierra que encontraba por calles y caminos, o trabajando las tierras. La práctica totalidad de las casi setenta entrevistas que hice respondieron que para ellos la sierra ese llamaba  Cantabria y que Toloño era el monte o sierra estaba sobre Labastida, “más allá de Peñacerrada” como decía la gente de la Montaña. Convoqué a las asociaciones culturales de Rioja alavesa y de la Montaña y todas menos una acordaron que se recuperara al nombre de sierra de Cantabria para la zona comprendida entre Ribas de Tereso y la Peña de Lapoblación. Igual acuerdo acordaron en pleno trece de los quince  municipios de Rioja Alavesa y dos de la parte norte, no manifestándose en contra ninguno. La misma solicitud fue suscrita más tarde por la Cuadrilla de Laguardia-Rioja alavesa en dos ocasiones. Si la respuesta no hubiera sido tan amplia y positiva, Salvador Velilla se hubiera retirado. Toda esta documentación se envío al Departamento de Política Lingüística del Gobierno Vasco, así como a la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia, que la recibieron con un silencio absoluto. El Departamento de Política Lingüística se inclinó por apoyar la versión de la Comisión de Onomástica de Euskaltzaindia, haciendo oídos sordos a ayuntamientos, asociaciones, mancomunidad…, ignorando su afirmación de que, en este tema, trabajan junto con los ayuntamientos. Desde entonces hasta ahora.

En los años 2005 a 2007, cuando el instituto Deiker hizo la revisión de la toponimia de Álava, resulta que nadie les dijo que la sierra se llamara Cantabria, sólo recogieron en mapas orales la denominación Sierra de Toloño. El Departamento de Política Lingüística reconocía esta omisión  diciendo “…no podemos saber si (el no haber recogido Sierra de Cantabria) se debe a que los informantes no lo usaban para denominar la sierra o a otra razón que desconocemos…” (Patxi Baztarrika, 2014).Al parecer, en el Departamento nadie sabía de los acuerdos de los ayuntamientos y asociaciones, las cintas grabadas, la prensa diaria…El caso es que, al no “existir” sierra de Cantabria, el Departamento de Política Lingüística no lo normalizó.

En el 2016  la Viceconsejería de Política Lingüística del Gobierno Vasco decide encargar un Informe a “un experto en toponimia… el estudio y el análisis de la cuestión relacionada con las denominaciones Sierra de Toloño y sierra de Cantabria”.  El informe, entregado para finales de Febrero, aconseja: “la utilización de los tres nombres: Toloño-Cantabria-Codés”.  Y “en escalas menores habría que utilizar un solo nombre. Para ello, Cantabria sería el más adecuado”. El Informe no se ha enviado ni a ayuntamientos, ni a asociaciones del entorno y salió a la luz a preguntas de un parlamentario del PP en la Cámara Vasca. Dejo a los lectores que opinen si, el no darlo a conocer, puede deberse a que el Informe fuera malo o a que no compartía la tesis mantenida por Euskaltzaindia y apoyada por el Departamento de Política Lingüística.

Ese mismo verano del 2016, el grupo Socialistas Vascos presenta en la Cámara de Vitoria-Gasteiz unas preguntas  sobre cómo se elabora la toponimia en Euskadi y por  la existencia de un Informe, que desconocen, sobre las sierras de Toloño y Cantabria. Se deja correr el tiempo, se convocan elecciones al Parlamento Vasco y la pregunta decae, no se responde. ¿Tenía el  Departamento de Política Lingüística ya en mente el apoyo incondicional a un libro “realizado en el seno de la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia”, en palabras de la Viceconsejera? Dejo al lector que responda. Lo que queda claro es que no apoya el Informe que el propio Departamento había solicitado, decantándose por el libro realizado por encargo de Euskaltzaindia.

Noviembre de 2017. Se presentó en el Museo Artium de Vitoria-Gasteiz el libro Sierra de Toloño, nexo de la Montaña y La Rioja alavesa, arropado por Euskaltzaindia, por el Departamento de Política Lingüística del Gobierno Vasco y por el Departamento de Euskera de la Diputación Foral de Álava. Y, por favor, no se extrañen, pero volvemos al principio. Euskaltzaindia no encarga el Informe al Departamento de Geografía e Historia de la UPV, encarga el informe a José Ángel Chasco, alguien que ya el año 1996 (hace 22 años!) escribía sobre la sierra: “…el verdadero y auténtico nombre es el de Sierra de Toloño…a la sierra se le debe llamar Toloño, desterrando para siempre el nombre erróneo de Cantabria…” (Carta a Salvador Velilla, 26 de Febrero de 1996 que, años antes, en 1994 escribía: “…montes de Toloño, Sierra de Cantabria y peña del León Dormido”). Un libro, por cierto, que aporta algunas citas inéditas, pero no ha presentado ningún documento anterior a 1850 en que se recoja la denominación sierra de Toloño para la parte central y oriental y que por tanto no contiene ninguna prueba documental que cuestione el topónimo sierra de Cantabria.

Podríamos acabar aquí, pero vale la pena pararse en la carta enviada por la Viceconsejera de Política Lingüística del Gobierno Vasco al Instituto Geográfico Nacional el 20 de Junio del 2018. En ella podemos leer: “La denominación Sierra de Cantabria, presente también sin duda alguna en el uso oral actual junto a Sierra de Toloño entre los habitantes de la Rioja Alavesa, debería recogerse a nuestro juicio como una variante del nombre de la misma”. Esta solicitud llega con once años de retraso y no puede tomarse como una concesión de la Viceconsejería. El Departamento de Política Lingüística del Gobierno Vasco sabía perfectamente  que ya, el 19 de diciembre del año 2007, la Comisión Nacional de Nombres Geográficos  había aceptado para el Nomenclátor Geográfico Conciso su solicitud de adoptar “Sierra de Toloño” (castellano) como nombre preferente, junto con “Toloño mendikatea” (euskera) como variante. En la nueva cartografía aparecía  rotulada “Sierra de Toloño” (añadiendo para el País Vasco la forma vasca), sin que los responsables de las comunidades de La Rioja ni Navarra objetaran nada. Que se recogiera también el nombre de “Sierra de Cantabria”, como variante castellana, fue una aportación del personal del Instituto Geográfico Nacional allí presente,  de ninguna manera una gracia del Departamento de Política Lingüística del Gobierno Vasco.

Legitimidad de Toloño? El año 1289 el rey castellano Sancho el IV concedió una merced a Labastida, Peñacerrada y otros pueblos para gozar de aguas, pastos y leña en la Sierra de Toloño. Esta comunidad de pastos se conoció como los Montes Altos de Toloño o del Rey, estando aún vigente como montes de “Toloño”, en jurisdicción de la villa de Peñacerrada. Desde entonces hasta nuestros días no ha dejado de usarse esa denominación, montes/sierra de Toloño, pero para la parte más occidental de la cadena montañosa situada al sur de Álava y de manera especial en la documentación que se conserva del monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles en los Montes altos de Toloño. El mojón que separaba  los Montes Altos de Toloño (Castilla) de la jurisdicción de San Vicente (Navarra) estaba debajo de la pila del agua bendita del santuario, de modo que las tierras occidentales del Toloño,  castellanas, nada tenían que ver con la Comunidad de Villa y Tierra de Laguardia, que no ha tenido nunca  relación con Toloño (excepto en la compra accidental de nieve), pues ninguno de sus pueblos ha participado en las numerosas romerías, a las que sí acudían todas las aldeas deTreviño.

La mayoría de nombres de ríos y montañas se instituyeron cuando se comenzaron a publicar los grandes Diccionarios Geográfico-Históricos, (al río Nervión, en Orduña, se le conocía hasta muy tarde como río Caudal, por su mayor tamaño). Y ahí, un alavés de pro, escribió por primera vez Cordillera de Cantabria, hacia 1799, al referirse a la sierra que estaba al sur de su pueblo, Peñacerrada. Llamada o que llamaban (Chasco) eran expresiones usadas indistintamente.  Desde entonces hasta hoy, ha sido el nombre más usado, quedando Toloño para la parte más occidental. La denominación Sierra de Toloño, no  aparece antes del año 1870 en la parte central y oriental siendo una traslación del nombre,  ya que varios mapas  y también textos municipales usaban la denominación Cordillera de Cantabria. Explico esta traslación en  la revista Sancho el Sabio, nº 37, año 2014. El autor del primer dictamen de Euskaltzaindia desconocía  el por qué de ese traslado del nombre y mezcla churras con merinas en sus citas. En resumen, responde mucho mejor al devenir de la Historia, monte sierra/de Toloño para la parte más occidental (castellana hasta la incorporación de Labastida a Álava) y sierra de Cantabria para la zona desde el Puerto de Rivas hasta la Peña de Lapoblación. Además, así lo ha dejado asentado el uso de las gentes. De modo que monte/sierra de Toloño tiene toda legitimidad para designar a la parte más occidental, no para la central y oriental que ha ganado con todo derecho la denominación Sierra de Cantabria.

 

Una respuesta a Andanzas y peripecias de un topónimo “Sierra de Cantabria”